jueves, 20 de junio de 2013

Bajo el mar

Hay ideas que me rondan durante muchísimo tiempo. Les doy vueltas y vueltas y, cuanto más lo pienso, mejor queda en mi mente. Pienso las telas, las formas, los procesos... Y a la hora de la verdad, la cosa se tuerce y al final acabo con algo que no se parece en nada a lo que me había imaginado.

Tengo un par de telas de camiseta de rayas que me encantan. Uno de los trozos es mínimo y el otro lo guardaba como oro en paño para hacer unos pantalones, pero sabía que me iba a sobrar un trozo. Así que pensé en hacer alguna aplicación con ellos y las rayas me inspiraron peces. Originalmente iba a hacer algas y demás, pero toda mi parafernalia mental se quedó en dos peces y una medusa.


A ver, no está mal. Pero no es ni la mitad de lo chula que me esperaba que quedara. Iba a ponerles burbujitas a los peces, pero al final abandoné el proyecto tal cual se ve en la foto porque dejó de inspirarme. No siempre se gana. ¿Quizá haya sido un fracaso porque estos bichos los he dibujado yo? Es más que probable.

Con esto terminé las camisetas del verano y ya solo me quedaba una pila grandota de camisetas de manga larga: un par de ellas para regalar, algunas que iba a regalar y que acabaría decorando para mi segundo hijo, otras de Unai que también quería remozar para mi segundo pequeñito... ¡Muchas ideas!

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